Ciclones tropicales 2025: destrucción, muertes y lecciones

Resumen general

La temporada de ciclones tropicales 2025 dejó un panorama complejo tanto en el Atlántico como en el Pacífico Nororiental. Fue una temporada marcada por sistemas extremadamente intensos, múltiples impactos humanos y meteorológicos, así como eventos devastadores en México que ocurrieron incluso sin la entrada directa de un ciclón.

Síntesis numérica de la temporada 2025

• Pacífico nororiental (Costa oeste de México): 18 sistemas nombrados durante la temporada 2025; la cuenca registró múltiples huracanes y varios huracanes mayores.
• Atlántico (Caribe y Golfo): 13 sistemas nombrados en 2025; entre ellos hubo ciclones de gran intensidad, incluido al menos un huracán extremadamente poderoso que generó impactos humanos y materiales severos en islas del Caribe.

Estas cifras muestran una temporada activa y heterogénea: alta intensidad en varios casos, con impactos localizados y muy destructivos cuando la trayectoria o la interacción con la orografía empeoraron las lluvias.

Nombres utilizados

• Pacífico nororiental (ejemplos destacados de 2025): Alvin, Barbara, Cosme, Dalila, Erick, Flossie, Gil, Henriette, Ivo, Juliette, Kiko, Lorena, Mario, Narda, Octave, Priscilla, Raymond, Sonia.
• Atlántico (ejemplos destacados de 2025): Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa.

Sistemas que tocaron tierra en México.

• Erick (Pacífico): tocó tierra en la costa del Pacífico mexicano (región de Oaxaca/Guerrero) como huracán de gran intensidad y provocó impactos directos en la franja costera y en laderas interiores.
• Barry (Atlántico / Golfo): fue el sistema atlántico de 2025 que registró landfall en el litoral mexicano (zona del Golfo, regiones cercanas a Tampico / Veracruz–Tamaulipas) y generó inundaciones costeras y fluviales.

Además de estos landfalls, varios ciclones del Pacífico y sus remanentes (por ejemplo, Priscilla, Raymond y otros) no hicieron un landfall clásico sobre la meseta interior pero sí enviaron bandas de humedad que, al encontrar la sierra y el eje volcánico, generaron lluvias extremas en el interior del país.

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Los ciclones más destructivos y mortíferos de 2025

Huracán Melissa (Atlántico) — impacto regional y mortalidad

• Qué fue: Melissa alcanzó una intensidad extrema en el Atlántico y golpeó islas del Caribe provocando daños generalizados por viento, marejada y lluvias intensas.
• Muertes estimadas (total región Caribe): al menos 49 muertos atribuibles directamente al paso de Melissa.
• Desglose por país (cifras consolidadas en la post-temporada):
  • Haití: alrededor de 30–43 muertos, principalmente por inundaciones y deslizamientos en zonas vulnerables.
  • Jamaica: entre 19–32 muertos y daños masivos a vivienda e infraestructura; cortes eléctricos generalizados.
  • República Dominicana: al menos 1 muerte reportada.
  • Cuba: evacuaciones masivas (centenares de miles) y daños severos; no se consolidó un número amplio de muertes atribuidas directamente a Melissa en los primeros balances públicos, aunque hubo impactos humanitarios importantes.
• Por qué fue tan dañino: combinación de intensidad extrema (vientos y presión muy bajos), marejada y un avance lento en tramos críticos, lo que prolongó las lluvias y aumentó acumulados en zonas montañosas, favoreciendo deslaves e inundaciones repentinas.

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Conclusión sobre Melissa: fue el evento más extremo de la cuenca Atlántica en 2025 en términos de intensidad y mortalidad regional, con efectos particularmente graves en Haití y Jamaica.

Huracán Erick (Pacífico) — impacto directo en México

• Landfall: Erick tocó tierra en la costa del Pacífico (Oaxaca/Guerrero).
• Impactos: inundaciones costeras, deslizamientos en laderas interiores y daños en infraestructura local; dejó decenas de víctimas y pérdidas materiales importantes en las zonas afectadas del suroeste mexicano. Erick fue uno de los huracanes más relevantes para México en 2025 por su landfall directo.

Tormenta / Depresión Barry (Atlántico/Golfo) — impacto en la vertiente oriental de México

• Landfall: Barry registró impacto en la franja del Golfo mexicano (cercanías de Tampico / Veracruz–Tamaulipas).
• Impactos: inundaciones fluviales y urbanas, daños en zonas costeras y reportes de muertes relacionadas con crecidas y corrientes. Aunque Barry no tuvo la gran intensidad de Melissa, su impacto fue significativo para comunidades costeras del Atlántico mexicano.

Remanentes y bandas que mataron en el interior de México (Querétaro, Hidalgo, Puebla y Veracruz)

En octubre-noviembre de 2025 se registraron lluvias torrenciales que provocaron desbordamientos, deslaves e inundaciones masivas en estados como Veracruz, Puebla y Hidalgo, con un número elevado de víctimas y desaparecidos. Los reportes oficiales y notas periodísticas recogen decenas de muertos (informes iniciales mencionaron 40–50 fallecidos; reportes posteriores y consolidaciones elevaron esas cifras, con cifras en torno a varias decenas y centenares de personas afectadas). Estas lluvias no fueron producto (únicamente) de un huracán que tocó tierra en esas cuencas, sino de remanentes y bandas nubosas asociadas a ciclones/tormentas en el Pacífico (Priscilla, Raymond, y otros centros de baja presión) que transportaron grandes cantidades de vapor de agua hacia la vertiente oriental y el centro del país; además hubo episodios de vaguadas y sistemas de baja presión que estacionaron mucha humedad sobre el país.

• Consecuencias humanas: las precipitaciones concentradas provocaron desbordamientos, deslaves e inundaciones en Puebla, Hidalgo y Veracruz; los balances consolidados de post-evento registraron decenas y en sumas actualizadas más de 70–80 muertos en la región afectada, con cientos de comunidades aisladas y daños masivos en vivienda e infraestructura.
• Por qué fue terrible: la combinación de orografía (sierras y ejes volcánicos) + suelo ya saturado + altos contenidos de agua precipitable produjo flujos de ladera y avenidas repentinas de agua myuy destructivas. Este tipo de eventos demuestra que no es necesario que un huracán haga landfall en una región para que las lluvias asociadas provoquen un desastre mortífero.

Localidades más afectadas por estado:

Veracruz: 

• Poza Rica
• Álamo Temapache
• El Moralillo
• El Higo
• Ilamatlán
• Ixhuatlán de Madero
• Texcatepec
• Zontecomatlán
• Zacualpan

Puebla

• Cuetzalan del Progreso
• Xicotepec
• Naupan
• Tlacuilotepec
• Francisco Z. Mena
• Venustiano Carranza
• Pahuatlán
• Zihuateutla
• Jalpan
• Pantepec
• Huauchinango
• Tlaxco

Hidalgo

• Tianguistengo
• Zimapán
• Huehuetla
• Zacualtipán
• San Agustín
• Metzquititlán
• Calnali

Querétaro

• Pinal de Amoles
• San Joaquín
• Peñamiller
• Jalpan de Serra
• Arroyo Seco

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Lecciones clave y recomendaciones prácticas

1. La mortalidad por lluvia y ladera supera (a menudo) la mortalidad por vientos. En 2025 quedó claro que las bandas de humedad y remanentes pueden causar tantas (o más) muertes que un huracán que haga landfall.
2. Atención a la orografía: regiones montañosas y cuencas pequeñas son extremadamente vulnerables a acumulados rápidos de lluvia; los mapas de riesgo y planes de evacuación deben priorizar estas zonas.
3. Preparación local: planes de refugio, rutas de evacuación, alertas comunitarias y limpieza preventiva de cauces reducen riesgos. Las campañas deben enfatizar que no sólo el ojo del huracán es peligroso: las bandas y remanentes lo son también.
4. Infraestructura y planificación urbana: reubicar asentamientos en laderas inestables, controlar la ocupación de cauces y mejorar drenaje urbano son medidas a mediano y largo plazo que previenen tragedias.
5. Comunicación de riesgos: emitir avisos sobre lluvias torrenciales y no sólo sobre el centro del ciclón mejora la toma de decisiones locales (evacuaciones tempranas, cierres de vías, prevención de cruces de ríos crecidos).

Conclusión

La temporada de ciclones 2025 combinó alta intensidad (huracanes extremos en el Atlántico como Melissa) con episodios mortíferos de lluvia en el interior de México. Para la región caribeña, Melissa fue el evento más devastador por intensidad y víctimas; para México, la combinación de huracanes con landfall (Erick, Barry) y, sobre todo, las bandas y remanentes que inundaron las laderas del centro-este, marcaron la diferencia entre daños moderados y desastres mortales. La principal conclusión es que la gestión del riesgo debe dar igual o más peso a la lluvia intensa y a la vulnerabilidad de laderas que a la sola posibilidad de que un huracán “toque tierra”.

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